DOCTRINA SOBRE EL ESPÍRITU SANTO PARA NO CONFUNDIRNOS 1
Enseñanzas del Magisterio de Paulo VI
Enseñanzas del Magisterio de Paulo VI
Rechazando a
los intrusos
pentecostales
dentro de la
Iglesia Católica
1. EL DON DE DIOS AL HOMBRE
Una de las páginas más misteriosas y maravillosas de nuestro catecismo es precisamente la que se refiere a la comunicación del Espíritu Santo a los fieles, produciendo en ellos un nuevo, el estado de gracia con todo el cortejo de actitudes operativas, las virtudes infusas, y los dones y frutos espirituales, con que esa animación divina enriquece a las almas, que tienen la fortuna inestimable de ser penetrados por el amor vivificante y santificante.
El Espíritu Santo ha ocupado en los documentos del Concilio una posición de honor, la que Él se merece; sea suficiente ahora una sola cita: “Cumplida la obra que el Padre había confiado al Hijo sobre la tierra (cfr. Jo 17, 4-7), el día de Pentecostés fue enviado al Espíritu Santo para santificar de forma continua a la Iglesia, y para que de esta suerte los creyentes tuvieran, por medio de Cristo, acceso al Padre en un solo Espíritu (cfr. Ef 2, 18). Éste es el Espíritu que da la vida, una fuente de agua que brota hasta la vida eterna (cfr. Jo 4,14; 7,38-39); por medio de Él, el Padre devuelve la vida a los hombres, muertos por el pecado, para que un día resucite Cristo en sus cuerpos mortales (cfr. Rom 8,11). El Espíritu Santo habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo (cfr. 1 Cor 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción filial (cfr. Gál. 4,6; Rom 8,15-16 y 26). El guía a la iglesia hacia toda la verdad íntegra (cfr. Jo 16,13), la unifica en la comunión y en el ministerio, la instruye y dirige con diversos dones jerárquicos y carismáticos, la embellece con sus frutos (cfr. Ef 4, 11-12; 1 Cor 12,4; Gál 5, 22).
Audiencia General 17.V.1967.
Marco Antonio Guzmán Neyra, pda.
2. CONOZCAMOS AL ESPÍRITU SANTO
Si queremos ser discípulos fieles del magisterio conciliar, debemos incrementar nuestra información doctrinal sobre el Espíritu Santo. Existe una amplia literatura nueva sobre este estupendo y fecundísimo tema.
Esta literatura no se refiere tanto a la investigación teológica sobre el Espíritu Santo como a las relaciones que la tercera persona de la Santísima Trinidad tiene con la Iglesia y con cada una de las almas.
De este modo, nos son evocados los títulos que distinguen las operaciones del Espíritu Santo hacia la humanidad redimida y por redimir por mérito de Cristo : Él es, por excelencia, el Santo y el Santificador; Él es el Paráclito, es decir, nuestro patrono y consolador; Él es el vivificante; Él es el Libertador; Él es el Amor,; es el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, es la gracia increada que habita en nosotros, como fuente de la gracia creada y de la “virtud” de los sacramentos; es el espíritu de verdad, es la unidad, es decir, el principio de la comunión, y, por tanto, el fermento del ecumenismo, es el gozo de la posesión de Dios; es el dolor de los siete dones y de los carismas, es el fecundador del apostolado, es el sostén de los mártires, es el inspirador de los maestros interiores, es la voz primera del magisterio y la autoridad superior de la jerarquía; es, finalmente, la fuente de nuestra espiritualidad : “Fons vivus, ignis, caritas et spiritalis unctio”.
Audiencia General 26.V.1971.
¡ OH EXCELENTE ESPÍRITU
SANTO Y SANTIFICADOR.
PARÁCLITO NUESTRO
PATRONO Y CONSOLADOR.
TU VIVIFICANTE ,LIBERTAD
EN EL AMOR.
ESPÍRITU DE DIOS ,ESPÍRITU
DE CRISTO ,GRACIA INCREADA!,
AMÉN.
Marco Antonio Guzmán Neyra, pda.
Continuará...
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